Durante la lactancia materna no es difícil que en algún momento pasemos momento de estrés, de nervios, de miedo… o que desgraciadamente tengamos un gran disgusto que nos tenga unos días conmocionadas.
La pregunta cuando estamos lactando es ¿se nos cortará la leche? La respuesta es No, cortar no se corta, pero sí se puede ver afectado el hecho en sí de amamantar.
Verás, cuando estamos estresadas se genera una hormana llamada Cortisol (hormona del estrés), a veces, incluso podemos generar adrenalina, ambas hormonas inhiben que produzcamos Oxitocina, son como enemigas entre ellas… si está una no está la otra.
Así que sin la oxitocina alta dar de mamar se hace complicado, pues esta hormona es la que genera el reflejo de eyección, es decir, mediante impulsos hace que la leche salga, y así al bebé le cuesta menos extraerla, sobre todo al principio de la toma, de ahí que a veces la leche salga disparada de un pecho mientras estamos dando de mamar del otro.
A mayores, el miedo y el estrés también pueden generar catecolamina y noradrenalina, que son vasoconstrictoras, así que si ya hemos perdido el reflejo de eyección imagínate el esfuerzo que tiene que hacer el bebé para sacar la leche con los conductos contraídos… por eso suelen llorar, rechazar el pecho, morderlo… ellos quieren su leche pero no sale ¿se ha cortado o has dejado de fabricarla? No, estar está ahí… pero no sale como debiera.
Por eso debemos relajarnos, en la medida en la que sea posible, centrarnos en el bebé, en el hecho en sí del amamantamiento, y dejarnos llevar. Lo bueno de dar de mamar, es que está demostrado que relaja, científicamente se han hecho estudios donde se ha demostrado que en iguales situaciones de estrés y nervios las mujeres lactantes tienen menos cortisol (hormona del estrés) detectada en saliva que mujeres que no dan el pecho.
Así que, aunque a veces sea duro, debemos intentar continuar con la lactancia, por nuestro bebé e incluso por nosotras mismas, pues nos ayudará a superar esos malos momentos.
